Cambiar la dieta es una parte fundamental del tratamiento del SIBO. Pueden utilizarse diferentes enfoques dietéticos, que contribuirán a reducir los alimentos que pueden alimentar el crecimiento bacteriano.
SIBO son las siglas en inglés de «Small Intestinal Bacterial Overgrowth», que en español se traduce como Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado. El SIBO ocurre cuando hay un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado, una sección del sistema digestivo que normalmente tiene una cantidad limitada de bacterias.
En condiciones normales, la mayoría de las bacterias residen en el colon intestino grueso, pero cuando estas bacterias colonizan excesivamente el intestino delgado, puede causar problemas digestivos y síntomas diversos.
Los síntomas comunes de SIBO incluyen hinchazón, dolor abdominal, diarrea, fatiga y malabsorción de nutrientes.
El tratamiento del SIBO generalmente implica el uso de antibióticos para reducir la cantidad de bacterias en el intestino delgado. Además de modificaciones en la dieta y considerar la suplementación.
La alimentación puede ser un factor clave a la hora controlar el sobrecrecimiento de bacterias y mejorar esta condición… Si es tu caso, te cuento cómo puedes trabajar en ello.
Con cualquiera de mis planes, nos enfocamos en combatir el exceso de bacterias en el intestino delgado y promover tu salud, a través de alimentos antimicrobianos, probióticos selectivos y con una dieta baja en FODMAPs.
Te guiaré hacia hábitos alimenticios saludables, acordes a tu estilo de vida, destacando la importancia de la hidratación y la reducción de alimentos procesados.
Empieza hoy cuidándote y dejándote acompañar.
Dieta baja en FODMAPs
Los FODMAPs (fermentables, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles) son carbohidratos que pueden fermentar en el intestino, contribuyendo al SIBO. Seguiremos una dieta baja en FODMAPs para reducir la carga fermentativa.
Evitar azúcares y carbohidratos refinados
Estos alimentos pueden fomentar el crecimiento bacteriano en el intestino
Incluir alimentos antimicrobianos
Incorporaremos alimentos con propiedades antimicrobianas en tu dieta para ayudar a controlar el crecimiento bacteriano. Estos pueden incluir hierbas como el orégano, el tomillo y el aceite de coco.
Proteínas magras y fuentes de grasa saludables
Optaremos por proteínas magras y fuentes de grasa saludables, como pescado, aves, aceite de oliva y aguacates, para proporcionar nutrientes sin aumentar la carga fermentativa.
Probióticos selectivos
Buscaremos probióticos específicos para las cepas que te afectan y trataremos el problema de raíz.
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