Soy Sabina Soneira, nutricionista clínica

Soy Graduada en Nutrición Humana y dietética (Colegiada GA00257).

Desde muy joven he tenido problemas de salud que empeoraron cuando comencé la Universidad estudiando Máquinas Navales. La sintomatología digestiva empeoraba y los profesionales a los que acudía no me daban respuesta a mis problemas, lo que unido a la poca empatía que encontraba en muchos ellos hicieron que tomase la decisión de estudiar Nutrición, dando un giro a mi carrera profesional. Más tarde llegó el diagnóstico de lipedema y linfedema y eso me hizo entender muchas de las cosas que me pasaban.

Desde entonces no he dejado de formarme y aprender sobre nutrición, sobre todo enfocada en la salud intestinal, la inflamación de bajo grado, cómo afecta a nuestras hormonas, etc.

Para mí, la relación con las dietas empezó desde muy pequeña. Desde niña mis piernas eran diferentes y los problemas de salud e intolerancias alimentarias, junto con mi curiosidad innata, hicieron que este sector cada vez me interesase más.

Me gradué como nutricionista, pero me pasé todo el grado cuestionándome si eso que me estaban enseñando era lo correcto, lo que me llevó a ir formándome en paralelo para tener una perspectiva mayor, yendo más allá de los macros y el peso.

Entender la importancia que tiene la nutrición personalizada y de precisión, así como el trabajo en conjunto con la parte psicológica y el deporte son las bases de mi trabajo en nutrición.

Con los años he ido entendiendo la importancia no solo de lo que ingerimos, sino de la relación que tenemos con los alimentos: cómo nos hacen sentir y cómo nos influyen. Así, busco crear un estilo de vida donde la comida no genera un sentimiento de culpa; sino que aporta al cuerpo lo que necesita. Disfruto de cocinar (otra de mis grandes pasiones); del deporte, no viéndolo como una obligación, y entendiendo también la terapia psicológica como un pilar fundamental.

Toda mi experiencia hace que mi objetivo sea proporcionar un lugar seguro a mis pacientes donde puedan expresarse, sentirse escuchados y aportarles las herramientas que necesitan para que aprendan a alimentarse bien, a mejorar su relación con la comida e ir recuperando su salud a través de los alimentos.